UNA SOMBRA INEVITABLE
"El Viento del Oeste se pasea y recorre los muros."
La voz llegaba lejana, pero al mismo tiempo retumbaba con delicadeza en sus oídos.
"¿Qué noticias del Oeste, oh viento errante, me traes esta noche?"
De igual manera él sabía de quien era aquella voz, más no la encontraba en aquella oscuridad impenetrable.
"¿Has visto a Boromir el Alto a la luz de la luna o las estrellas?"
Boromir se incorporó de repente. Si, estaban hablando de él ¿Por qué? Aun no recordaba nada, sólo imágenes nubosas invadían su mente.
"Lo vi cabalgar sobre siete ríos, sobre aguas anchas y grises"
De pronto, recordó todo. Unas lágrimas caprichosas se habían escapado de sus oscuros ojos. ¡Oh! Vanas esperanzas perdidas del joven guerrero, tantos sueños frustrados ahora…
"Lo vi caminar por tierras desiertas y al fin desapareció"
-¿Desaparecí?- se preguntó a sí mismo con incredulidad. Pasó sus manos por su rostro, tratando de limpiar el agua de su semblante.
"En las sombras del Norte y no lo vi más desde entonces."
-Aragorn…- dijo con voz trémula, aquella voz lo estremecía haciéndolo sentir cada vez mas desdichado y al mismo tiempo avergonzado.
"El viento del Norte pudo haber oído el cuerno del hijo de Denethor."
-Padre. Faramir… Hermano, ¿Qué pensarás ahora de mi? Que mi debilidad fue mas fuerte que mi voluntad- se decía lentamente –que mi orgullo como hombre de Gondor ha decaído… como compañero he fracasado… y que a los pueblos libres he decepcionado-
"Oh Boromir. Desde los altos muros miro lejos en el Oeste,"
-Arrogante torre de Ecthelion nunca mas veré el resplandor en tu piedra, ni la Ciudad Blanca me dará una última mirada…- trató de abrir los ojos con todas sus fuerzas, pero no lo consiguió, se silenció por un momento. Sin embargo, algo se acercaba, si él conocía a aquella persona…
"pero no vienes de los desiertos donde no hay hombres."
-Faramir… perdóname – sollozaba al sentir las manos de su hermano acariciar su curtida piel y al sentir pequeñas gotas de agua resbalar por su tez.
"De las bocas del Mar viene el Viento del Sur, de las piedras y de las dunas;"
El silencio y la oscuridad lo habían llevado lejos, al tiempo que el tono de la canción tenía un ligero cambio.
"Trae el quejido de las gaviotas, y a las puertas se lamenta."
De súbito, todo cambio, la oscuridad se convirtió en una esplendorosa luz que cegaba y lastimaba al mismo tiempo los hermosos ojos de Boromir que había sido privado de toda luz hacía algún tiempo.
"¿Qué noticias del Sur, oh viento que suspiras, me traes en la noche?"
-¿Será esta la verdadera muerte?- se preguntó frotándose los ojos.
"¿Dónde está ahora Boromir el Hermoso? Tarda en llegar, y estoy triste."
-Tus amigos están tristes, Boromir el Hermoso- dijo una agraciada voz con gran resonancia.
"No me preguntes dónde habita... Hay allí tantos huesos,"
-Y con ellos los tuyos…-
"en las costas blancas y en las costas oscuras bajo el cielo tormentoso;"
-¿Quién eres?-
"tantos han descendido las aguas del Río Anduin para encontrar las mareas del mar."
-El que ha sido, es y será –
"¡Pídele al Viento Norte las noticias que él mismo me trae!"
-He obrado mal…- dijo Boromir al fin con la cabeza gacha.
"¡Oh Boromir! Más allá de la puerta la ruta al mar corre hacia el Sur,"
-¿En donde estoy?- continuó Boromir al despertar de su profunda reflexión.
"pero tú no vienes con las gaviotas que desde la boca del mar gris se lamentan."
-Lejos de todo que conocías- dijo la voz -¿Por qué estas aquí?-
"De la Puerta de los Reyes viene el Viento del Norte y pasa por las cascadas tumultuosas;"
-Porque fracasé en la misión que me fue correspondida- Nuevas lágrimas le resbalaron por las mejillas.
"y claro y frío alrededor de la torre llama el cuerno sonoro."
-Tu misión no fracasó Boromir hijo de Denethor, porque con ello la empresa tendrá un giro más venturoso, a pesar que el camino esté cubierto de sombras y aun cuando sus miembros sólo vean oscuridad-
"¿Qué noticias del Norte, oh poderoso Viento, hoy me traes?"
-Y ahora, ¿Qué he de hacer? ¿Estoy vivo y a la vez muerto?-
"¿Qué noticias de Boromir el Valiente? Pues partió ya hace tiempo."
-Partir-
"Al pie del Amon Hen le he oído gritar. Allí batió a los enemigos."
-¿Partir? ¿Adonde?-
"El yelmo hendido, la espada rota, al agua los llevaron."
-A cumplir el Don de los hombres, el Don que concedió el mismo Ilúvatar-
"La orgullosa cabeza, el rostro tan hermoso, los miembros, pusieron a descansar;"
-¿Qué don?-
"y Rauros, los saltos dorados de Rauros, lo transportaron en el seno de las aguas."
-¡La muerte! Don de los hombres, quienes su vida y su destino no están atados al destino del mundo ni sus penas, es hora que hagas cumplir tu Don Boromir el Valiente, y por tus amigos, tendrán un fin más venturoso, pero de eso ahora no tienes cuentas, ahora vas a ir fuera de los límites de Arda-.
"¡Oh Boromir! La Torre de la Guardia mirará siempre al norte,"
-¿Ahora mismo? ¿Tan pronto? ¿Qué hay mas allá de la muerte acaso?-
"a Rauros, los saltos dorados, hasta el fin de los tiempos."
-Ahora mismo partirás… mas allá de los tiempos, de los tiempos que todos y nadie conoce- La voz se apagó y junto a él, el triste canto de Aragorn y Legolas. Todo se sumió en la oscuridad, pero no era pesada ni densa, era suave y tranquila. Unos nuevos cantos iniciaron incomprensibles, pero al mismo tiempo hermoso, evocando a la memoria de Boromir los árboles, las aguas, el cielo, las estrellas… lentamente empezó a caer en un profundo sueño mientras aun musitaba algunas palabras.
-Ainur… si, es el fin del mundo- Y desde entonces la hermosa voz de Boromir se apagó para siempre y por la eternidad. Ningún mortal o elfo volverá oír su voz hasta que llegue el día en que el destino de Arda haya Concluido.
"-Me dejasteis el Viento del Este -dijo Gimli-, pero de él no diré nada-.
-Así tiene que ser -dijo Aragorn-. En Minas Tirith soportan el Viento del Este, pero no le piden noticias. Pero ahora Boromir ha tomado su camino y hemos de apresurarnos a elegir el nuestro-."